domingo, 23 de diciembre de 2012

Apariciones de Jesús Niño al Padre Pío



PRIMERA APARICIÓN. (noviembre de1911). Desde finales de octubre de 1911 hasta el 7 de diciembre del mismo año, el Padre Pío residió en el convento de Venafro(Isernia). Aquí en un éxtasis cuya fecha no precisa el Padre Agostino de San Marco in Lemis, se apareció al Padre Pío el Niño Jesús. Esta aparición fue de lo más singular, el Niño Jesús aparecio llagado, evidenciando así las heridas de la crucifixión en manos, pies y costado. La visión de Jesús llagado es una ventana abierta sobre el modo en que él contemplaba el misterio de la Navidad. Para él, el Niño Jesús debía ser visto a la luz de Jesús crucificado, y la fiesta de Navidad debía ser considerada en estrecha relación con la fiesta de Pascua.


SEGUNDA APARICIÓN. (20 de septiembre 1919).Bella y muy sugestiva, esta aparición es documentada por el Padre Raffaele de Sant'Elia a Pianisi, quien la detalla en su manuscrito, 'Apuntes breves sobre la vida del Padre Pío y mi larga permanencia con él '.- "Después de ocho años de vida militar, debía continuar los estudios de teología y prepararme para la ordenación sacerdotal. Yo dormía en una celda estrecha, casi enfrente a la número 5, que era del Padre Pío. La noche entre el 19 y 20 (de septiembre de 1919) no podía dormir. Hacia media noche me levanto, asustado. El pasillo estaba sumergido en la oscuridad, rota solo por la luz tenue de un candil de petróleo. Mientras estaba a la puerta para salir, veo pasar al Padre Pío, todo luminoso, con el Niño Jesús en brazos. Avanzaba lentamente murmurando oraciones. Pasa delante de mi, todo radiante de luz, y no advierte mi presencia. Sólo algunos años después he sabido que el 20 de septiembre era el primer aniversario de sus llagas ". Como se ve también esta aparición hace referencia a las llagas y, por consiguiente, a la Pasión de Jesús.


TERCERA APARICIÓN (24 de diciembre 1922).La narración de esta aparición se debe a Lucía Iadanza, hija espiritual del Padre Pío. El 24 de diciembre de 1922 Lucía quiso pasar la vigilia de Navidad junto al Padre. Aquella noche hacía frío y los frailes habían llevado a la sacristía un brasero con fuego. Junto al bracero Lucía, con otras tres mujeres, esperaba la media noche para asistir a la Misa que debía celebrar el Padre Pío. Las tres mujeres comenzaron a adormecerse, mientras ella seguía rezando el rosario. Por la escalera interior de la sacristía, bajaba el Padre Pío y se detvo junto a la ventana. En un momento, envuelto en un halo de luz, apareció el Niño Jesús y se detuvo entre los brazos del Padre Pío, cuyo rostro se volvió todo radiante. Cuando desapareció la visión, el Padre advirtió que Lucía, estaba despierta, lo miraba fijamente , atónita. Se le acercó y le dijo: "Lucía, ¿qué has visto?", Lucía respondió: "Padre, he visto todo". El Padre Pío, entonces, le advirtió con severidad: "No digas nada a nadie".

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