miércoles, 6 de febrero de 2013

¡Quiera el Señor!


Quiera el Señor, fuente de toda vida, no negarme esta agua tan dulce y tan preciosa, que él, en la exuberancia de su amor a los hombres, prometió a quien tiene sed de ella. Yo, padre mío, deseo ardientemente esta agua; se la pido a Jesús con lamentos y suspiros continuos. Pídale también usted que no me la oculte; dígale, padre, que él conoce la gran necesidad que tengo de esta agua, la única que puede curar a un alma herida de amor.
Consuele este tiernísimo esposo del Cantar de los Cantares a un alma que tiene sed de él; y la consuele con aquel mismo beso que le pedía la sagrada esposa. Dígale que, hasta que un alma no haya llegado a recibir ese beso, no podrá nunca firmar con él un pacto en estos términos: «Yo soy todo para mi amado y mi amado es todo para mí».
¡Quiera el Señor no abandonar a quien ha puesto sólo en él toda su confianza! ¡Ah!, que esta esperanza mía no quede nunca defraudada, y que yo le sea siempre fiel…
(10 de octubre de 1915, al P. Agustín de San Marco in Lamis – Ep. I, p. 666)

4 comentarios:

Unknown dijo...

Cantar de los cantares, amor de los amores, se extienda esta plegaria a mi favor y a la de mi familia y al mundo entero, que así sea 🇦🇷✝️🙏😇🥰

Unknown dijo...

Que el gran amor de nuestro padre por intercesión del padre Pio nos conceda, todo lo que anhelamos y necesitamos 🙏🙌

Unknown dijo...

Amén

Unknown dijo...

Amén

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